En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental de nuestras acciones, la industria de la moda no ha sido...
Creciendo con la Sostenibilidad: Talleres de Slow Fashion en mi Infancia
Cuando era pequeño acompañaba a mis padres a llevar las piezas de ropa que cortaba mi madre, a los talleres para que los confeccionarán. Se trataba, en la mayoría de los casos, de mujeres emprendedoras que con una o varias máquinas de coser, en una humilde habitación de su hogar cosían ropa, aportando una ayuda económica muy valiosa para su familia. En casi todos los edificios había uno o varios de estos talleres domésticos por lo que el sonido de las máquinas de coser a través de la pared, era uno de los sonidos de mi infancia. Fue tal la popularidad de estos talleres, que incluso algunos constructores incluyeron el cuarto de costura en algunos planos de las viviendas.
Era una red invisible pero que al mismo tiempo articulaban, por su importancia, el próspero sector textil. Con su vitalidad y dedicación además,animaban los barrios de nuestras ciudades. Hoy la formación profesional se dedica a crear operarios para trabajar en línea, de manera más eficiente y ordenada. Ya no hay pequeños talleres, la globalización acabó con este tipo de economía.
Ahora los escasos talleres se han profesionalizado y son complejos de mantener porque necesitan un flujo de producción constante, para seguir existiendo. De manera que para muchas marcas les es más rentable deslocalizar la producción. El empresario, que quiere maximizar las ventas, lleva la producción a países en vías de desarrollo, donde los sueldos son más baratos y estos bajos precios compensan sobradamente los costes de transporte y logística .
Según Informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre condiciones laborales en la industria textil y de confección en estos países, los trabajadores pueden ser niñas o personas en régimen de semi esclavitud con jornadas de más de 8 horas, 6 dias a la semana y condiciones laborables muy precarias como falta de seguridad y derechos laborales fundamentales.
Todos estos acontecimientos nos incumben ya que, desde el momento que nuestro pantalón, comprado en una tienda habitual de una reconocida marca, ha sido fabricado bajo estas condiciones, nos hace cómplices de estas prácticas.
El Desastre del Rana Plaza en Bangladesh
Uno de los eventos más trágicos que puso de relieve las condiciones laborales en la industria de la moda, fue el colapso del edificio Rana Plaza en Savar, Bangladesh, el 24 de abril de 2013. Este edificio albergaba varias fábricas de confección, hacinadas en diferentes plantas que producían ropa para empresas internacionales.
El edificio colapsó debido a graves deficiencias estructurales, y más de 1.100 personas murieron en el incidente, mientras que miles resultaron heridas. Este desastre atrajo la atención mundial hacia las condiciones laborales peligrosas y la falta de seguridad en la cadena de suministro de la moda.
Allí se fabricaba para marcas tan populares como:
Primark: Una cadena de moda con sede en el Reino Unido.
Mango: Una empresa de moda con sede en España.
Benetton: Una marca de moda italiana.
Joe Fresh: Una marca de ropa con sede en Canadá.
C&A: Una cadena de tiendas de moda con sede en Bélgica.
El Corte Inglés: Un gran almacén con sede en España.
Bonmarché: Una cadena de tiendas de moda con sede en el Reino Unido.
Kik: Una empresa de moda de descuento con sede en Alemania.
Este es solo un ejemplo de cientos de miles de casos, no tan llamativos, que demuestran unas prácticas habituales, ya que la inmensa mayoría de las marcas fabrican lejos donde todo es opaco y la ausencia de trazabilidad es evidente.
Uno de los requisitos de la moda sostenible es el bienestar de toda la cadena de valor en el proceso de fabricación y canales de venta de nuestras prendas, como recoge también, los proyectos de la agenda 2030 de las Naciones Unidas(ODS). Por eso desde Aurea Moda apoyamos estos propósitos apostando la formación profesional para implementar una nueva red de talleres de proximidad que vuelvan a tejer un futuro más sostenible para la industria textil de cercanía.
Informes y recursos proporcionados por Clean Clothes Campaign, una coalición de ONG que aboga por condiciones laborales justas en la industria de la confección.
Informes y análisis de Fashion Revolution, una organización global que busca aumentar la transparencia y la responsabilidad en la industria de la moda.
Informes y artículos de Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos que investigan las condiciones laborales en la industria de la confección.
Artículos de medios de comunicación respetados como The Guardian, The New York Times y BBC News, que han cubierto ampliamente el tema.
Gracias también Josep Garrigós del instituto Guillem Catà que imparte el CFGM orientado al Ciclo de Moda Digital y Nuevas Tecnologías.
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